Reducir el impacto de nuestro uso de energía es uno de los desafíos técnicos, políticos e incluso morales claves que enfrenta la sociedad humana en este siglo. Pese a que nuestras fuentes de energía deben hacerse más limpias, nuestra primera prioridad debe ser utilizar la energía de manera más eficiente. Las medidas de eficiencia son más económicas, más limpias y más rápidas de instalar que cualquier otra opción energética. Y no perdemos nada en el trato – el punto de la eficiencia es permitirnos los mismos niveles de productividad o comodidad, pero con menos energía.